domingo, 3 de noviembre de 2013

Beis ¿qué?


Muchos traductores españoles son inmisericordes con los lectores latinoamericanos. Traducen con la jerga de su barrio sin tomar en cuenta que el libro circulará desde el Bravo hasta la Patagonia.
Algunas escenas eróticas se vuelven incomprensibles. ¡La va a matar!, piensa uno, cuando en realidad se la están pasando de maravilla.
Lo que resulta condenable, es que ciertos traductores se encierren en un orgullo que les impide aceptar su ignorancia sobre ciertos temas y, en consecuencia, sobre el lenguaje para hablar de ellos. Por lo pronto me voy a referir al beisbol o béisbol o, como le decimos nosotros, beis–bol, con dos acentos, igual que decimos fut–bol.
En Los rateros, de Faulkner, “baseball bats” está traducido como “palos de pelota base”. Si bien, en este libro, lo que molesta es que el traductor Jorge Ferrer–Vidal parece siempre saber mejor que el propio Faulkner lo que debe decirse. Como por arte de magia, un simple “Get away” se convierte en “Estáte quieto y lárgate”. Y “Boon came jumping through the door” se vuelve “Boon, saltando como un loco, entró por la puerta”.
La versión en inglés deja claro que el hombre dio un solo salto para salvar un escalón; en la versión en español el tipo está brincoteando. Y de este modo el señor Ferrer–Vidal, que dios lo tenga en su gloria, nos vive dando gato por liebre en cada frase.
Pero volviendo al beis–bol, tenemos en Una oración por Owen un florilegio de ridiculeces. La traductora, en vez de aceptar que no tiene ni idea del juego, se lanza al ruedo sin preguntarle a algún conocido caribeño por el nombre de las cosas. Veamos parte de su glosario:
Swing at the ball—Bascular ante la llegada de la pelota.
Little League—Liguilla escolar.
Base on balls—Base con toques de bola.
Batter’s box—Emplazamiento del bateador.
Home plate—Base de meta.
Los juegos se vuelven imposibles de seguir, pues cuando el mánayer da la orden de batear, la traductora dice: ¡Balancea! Cuando la bola va al jardín central, ella le llama diamante.
En Día de la Independencia, de Richard Ford, tenemos en inglés: “…whenever she tells him she loves him there’s an asterisk after ‘love’ (like Roger Maris home run title)”. Es un comentario simpático, pues siempre que se habla del récord de jonrones de Roger Maris hay un asterisco que nos indica que lo alcanzó en 162 juegos, mientras que la marca anterior la había logrado Babe Ruth con solo 154.
Esto no lo entendió el traductor o el editor o supusieron que no lo entenderíamos los lectores o solo pensaron en los lectores españoles y les valió que en este lado del mundo hubiese muchos beisboleros, así que borraron por completo el comentario.
El colmo del atraco llega cuando en un juego de bateo de feria, la versión original nos dice (though, of course, there is no flag, only the pitching machine itself and the protective netting, behind which is a sign that says ‘Home run?’). Mientras que en español solo dice: “(aunque, claro, no hay bandera)”. Como no sé qué significa lo demás, mejor lo borro.

Más respeto para el lector, señores traductores.

2 comentarios:

  1. Estoy leyendo Masada, de Ernest K. Gann, traducida, para variar, por un españolito. Entre otras joyas, están todos los "actually"s de la novela, como "actualmente". Me siento como caracol bautizado con sal cada vez que leo ese tipo de cosas.

    Siempre he dicho que las traducciones españolas (cuyo mercado es América Latina, que suma más humanos que la península) son terrorismo cultural. Como mis autores favoritos son gringos o canadienses, nunca he estado más agradecida con mi historia por ser capaz de leer en el original.

    Saludos David. Un gusto leerte.

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  2. El problema es siempre el de una persona que al traducir, se apropia de los contenidos. Por más que nuestro "pulcro" español latino pueda limar viejas asperezas de la lengua castellana, no dejaremos siempre de impregnarnos de comidillas útiles en cada contexto.
    El acceso a cualquier autor debe de suponerse en ejercicio formidable de aprender el idioma, en caso contrario, no me parece tan desagradable ponernos en el ojo de un hispanoparlante... siempre el acceso es un tránsito a la obra, o al pensamiento de un autor

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