viernes, 22 de marzo de 2013

El peoresventas


Tengo un hermano que suele enviarme los peores regalos de cumpleaños y Navidad. Cuando recibo de su parte un paquete de Amazon, me comienzo a reír aún antes de ver el espantajo que contiene.
Este diciembre recibí My Beloved World, de Sonia Sotomayor. Y en distintas ocasiones me ha obsequiado Going Rouge, de Sarah Palin, así como Not Afraid of Life, de la adolescente hija de los Palin, y un libro de Ann Coulter, una mujer que solo entre los republicanos gringos pasa por intelectual.
Por obra y gracia de estos obsequios me hice de una basura del oportunismo editorial: Let’s Roll, de Lisa Beamer, una de las viudas de los pasajeros del avión que iba rumbo a la Casa Blanca, pero fue derribado antes por un caza de la fuerza aérea gringa.
Libros malísimos hay en cualquier parte, pero la gracia de estos es que mi hermano los elige entre los best sellers. Sobra decir que no he leído ninguno de sus regalitos y hasta vergüenza me da ponerlos en un librero, no sea que alguien me juzgue por ellos.
Como escritor, no tengo alma de best seller; eso lo saben mis editores. Como lector me pasa lo mismo. Soy worst sellero por ambos flancos, o peoresventas, para decirlo en español correcto.
Para comprobarlo, hoy revisé la lista de mejores ventas de Amazon. Entre los primeros cien, no encontré ninguno que me atrajera. Sería un tormento que me tiraran en una isla desierta con el Amazon Top 100.
¿En qué me habría convertido para cuando llegara un barco a rescatarme? Antes que nada en un charlatán de las dietas. Habría leído miles de páginas de remedios, recetas y consejos dirigidos a la gente que desea adelgazar sin dejar de tragar. Pero no solo eso: sabría prolongar la vida a través del estómago, así como embellecer la piel, mejorar la memoria, engendrar bebés más sanos y otras monadas.
Me transformaría en un triunfador, pues encontraría la libertad personal, dejaría de ser quien me obligan a ser para poder ser yo mismo, conocería el valor de ser vulnerable, aprendería las reglas para ganar en el mundo real, le soltaría las riendas a mi alma, conocería los secretos de las familias felices, comprendería el poder de los hábitos, en especial los siete hábitos de la gente altamente efectiva.
Con suerte también me convertiría en un buen creyente. Sin necesidad de un libro sagrado, tendría varias waltdisneyzaciones de la Biblia. Me construiría una fe a prueba de infieles. Escucharía el llamado de Jesús. Disiparía todas mis dudas, pues al fin se tiene la prueba contundente de la existencia del cielo: el viaje de un neurocirujano al más allá. ¿Quién necesita a Dante?
Ya en ese estado de beatitud, me daría miedo asomarme a las novelas llenas de princesas mecánicas, infiernos, espadachines, muertos vivientes, dragones, guerra de zombies y hermandades del puñal negro. Caramba. ¿De veras voy a tener que leer las Sombras de Grey? No, por favor.
Al final, en la soledad de mi isla, preferiría los libros de dietas porque suelen tener en la portada mujeres bonitas. Utilizaría la mayoría para hacer fuego, aunque digan que los libros no deben quemarse.
Con el tiempo escribiría mi aventura en la isla, publicaría el libro y lo vería navegar en las listas de ventas, más o menos entre la posición quinientos mil y un millón.

1 comentario:

  1. I'm the purported brother and have already selected the book I'll be sending David for his birthday. This time, I will really outdo myself. It will be Cut, Stapled & Mended by Roanna Rosewood. I almost threw up just looking at the book...

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