En
cambio, la palabra “verbo” no tiene asegunes, regionalismos o nacionalismos. El
diccionario expresa con convicción que es “la segunda persona de la Santísima Trinidad ”.
En “paraíso”, nos dicen sin empacho: “Cielo, lugar en que los bienaventurados
gozan de la presencia de Dios”.
Comoquiera
ya es un avance con respecto al diccionario de 1737, en el que “paraíso” era
“huerto amenísimo adonde Dios puso à nuestro primer padre Adám, luego que le
crió. Es mui ventilado entre los Escritores y Doctores la parte donde estaba
este huerto, y si dura y permanece ò no. Llámase freqüentemente Paraíso
terrenal… Se toma asimismo por la gloria de los Bienaventurados, ò el Cielo,
como lugar de todas las delicias”.
Si mi
fe estuviese en los dioses del Olimpo, la Academia me definiría como pagano e idólatra. Para
ellos, el “averno” es cosa de mitología, pero el “infierno” es de religión;
específicamente es “el estado de privación definitiva de Dios”. Claro, Dios con
mayúsculas, pues solo hay uno. En un sentido más amplio, nos dice el DRAE que
es el “lugar en que estaban detenidas las almas de los fieles que habían pasado
de esta vida en la fe y con esperanza del Redentor”. También Redentor hay uno.
“Evolución”
no es una tesis científica, sino una “doctrina” filosófica; en cambio
“creación” es el “acto de criar o sacar Dios algo de la nada”.
Si
bien, hay que aceptar que la RAE
ya dio su brazo a torcer, pues define Corán como “libro en que se contienen las
revelaciones de Dios a Mahoma y que es fundamento de la religión musulmana”. Un
dios que ha de ser el mismo, pues está en mayúsculas. Todo un cambio con
respecto a la edición de 1726, que a la sazón dice: “Recopilación ò libro en
que se contienen los falsos ritos, y muchas ridículas leyes y ceremonias de la
abominable secta de Mahóma”.
A la
hora de limpiar, fijar y dar esplendor, al judaísmo no le iba muy distinto: “Se
toma oy por la supersticiosa y terca observancia, que tienen los Judíos, de los
ritos y ceremonias de la Ley
de Moisés”. Además incluían una acepción insolente para “judío”: “Voz de
desprecio y injuriosa, que se usa en casos de enojo o ira”.
Por su
parte, en la definición de cristianismo, no evitaron la primera persona del
plural: “El gremio de los Fieles Christianos, que profesamos la Religión Christiana ”.
Y enviaron su mensaje moral al definir “ateísmo” como “la impiedad nécia, que
niega la existéncia de Dios”. Ya para la edición actual no incluyen algún
adjetivo denostativo, si bien el ateísmo apenas llega a ser una “opinión o
doctrina”.
Aunque
viéndolo bien, estoy de acuerdo con esto último, pues aunque yo tuviese certeza
de la existencia de Dios, esta no dejaría de ser una opinión.
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